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¿Existe el toque femenino? Preguntamos a las mujeres

“El toque femenino” es una frase hecha que se suele utilizar en arquitectura, decoración o moda para denominar un aspecto determinado o una paleta de colores. 

Aunque parece dejar implícito que hay un “toque masculino”, y es probable que se utilice despectivamente o con un cierto matiz machista, lo cierto es que parece designar una situación en que las mujeres aportan algo que los hombres no pueden alcanzar.

Sea el (buen) gusto, la atención a los detalles, materiales, contrastes y armonías, la expresión “añadir un toque femenino” parece señalar una limitación masculina más que un “defecto” del otro sexo.

La sensibilidad para entender las relaciones entre personas y espacios, la capacidad de trascender la arquitectura e imaginarla viva, y por lo tanto aportar ese extra que hace que “apetezca” habitarla, debería ser algo exigible a todo profesional y no parece justo encasillarlo en la femineidad.

¿Tienen las mujeres una capacidad (un superpoder) para hacerlo de manera innata? Hemos preguntado a diversas mujeres, líderes y directivas, para que nos den sus puntos de vista.

¿Existe el toque femenino?

En la experiencia de la periodista Rebeca Argudo “Encuentro géneros más o menos copados, por interés particular, por mayor número de hombres o de mujeres. Y, de haber un “toque femenino”, existirá también el toque rubio, o moreno, o pelirrojo; el toque unos kilos de más, el toque estupendísima persona o ligeramente borde. Porque cada uno de nuestros rasgos es el que conforma nuestro modo de ver la vida y eso se refleja en todo lo que hacemos, incluido nuestro trabajo. Supongo que con “toque femenino” se referirán más a atributos que tradicionalmente se han relacionado con el universo femenino.”

También hemos preguntado a mujeres que dirigen y trabajan en el sector de la arquitectura y el interiorismo, para conocer sus opiniones, y esto es lo que nos han dicho.

Emma Sánchez, del estudio Emma Sánchez Miranda, nos dice: “Yo diría que no existe una diferencia grande entre el diseño de espacios realizado por una mujer o por un hombre. Por decir algo, puede ser que la mujer tenga una visión más minuciosa sobre pequeños detalles. En rasgos generales el hombre tiende a un diseño más funcional y pragmático. Pero como ya he comentado anteriormente, en mi opinión yo creo que el diseño depende más de las personas que del género.”

Emma Sanchez Diseño de pasarela en vivienda
Emma Sanchez Diseño de pasarela en vivienda

Covadonga G. Quintana, lead partner en el estudio Plug&Go, comenta “Cuando hablamos de “crear belleza”, no creo que lo que matiza el resultado final sea el género, sino la capacidad de generar emoción a través del diseño.Diseñar no es algo asociado al género sino a la sensibilidad.

Alimentarse de vivencias, colores, olores, sensaciones, sonidos, ideas y darles forma dentro de un proceso deductivo que -como  la retórica- consigue convencer a través de lo que vemos, de ese resultado que apreciamos y llamamos diseño.

”En todos los años que llevo en arquitectura corporativa, siendo una profesión muy abrazada por mujeres, no encuentro ese toque en el resultado final, sino que habría tantos toques como creadores, porque lo que marca la diferencia, desde mi punto de vista, es la capacidad de abstracción y aplicación de una idea creativa que atrape al que la mira y consiga, ante todo, excepcionar.

Proyectos de Plug&Go

Tampoco veo que, en interiorismo o arquitectura, las formas o colores vayan asociados a hombre o mujeres creadores, sino a la manera de ver y sentir, del que crea.

Por su parte, Esther Mengual, de la firma Wanna, afirma “Existir, existe. Pero, desde nuestro punto de vista, no es algo inherente a la condición de mujer diseñadora. Sino que más bien “ese toque femenino” es una voluntad de estilo de la profesional que crea el espacio.

Por eso hay proyectos que pueden resultar, en términos generales, más femeninos, como el de la flagship store de Perfumerías Primor, en el que hay un predominio cromático de tonos que se asocian a la feminidad. Pero si te detienes a analizar los micromundos de la tienda, esa percepción cambia, y ves que, por ejemplo, el uso de ciertos materiales descontextualizados como la chapa galvanizada o el cobre, de femenino (siguiendo con los estereotipos) tienen poco, lo que responde al objetivo de que “Planeta Piel”, que es como se llama la flagship, fuera un espacio universal para todo el mundo.”

¿Diseñan los espacios de forma diferente las mujeres y los hombres?

Es obvio que los colores no tienen sexo, y que en general todas esas asociaciones son originadas en la cultura, edad, contexto, etc. La idea del toque ‘Femenino’ o ‘Masculino’ es ambigua por naturaleza.

Sin embargo, en nuestra sociedad parece que hombres y mujeres tienen asociados materiales y colores: para los varones son el cemento, los metales, los grises y los marrones, para  las hembras, las telas, el papel pintado… y todos los demás colores.

Florence Knoll y Ray Eames

Mujeres como Florence Knoll, por ejemplo, desmienten este estereotipo, pues tanto diseñaba una mesa de reuniones de mármol y acero que ponía en marcha Knoll Textiles, creando el concepto del diseño integral de espacios. O como Ray Eames, que diseñó codo con codo junto a su marido, Charles Eames,, mobiliario para Herman Miller que se convirtieron en clásicos universales.

De nuevo Emma Sánchez apunta: “Lo que para mí si es diferente es cuando diseñamos para un hombre o para una mujer. Yo siempre digo que mis mejores clientes son siempre hombres. A lo largo de mi carrera profesional he podido ver que la mujer necesita ver más opciones para decantarse por la que le gusta, necesita asegurarse que la opción elegida es la mejor. En el caso del hombre, con una opción es suficiente y si le gusta no necesita ver mucho más; también suelen ser más prácticos y son capaces de delegar más en el profesional para tomar decisiones, mientras que las mujeres tienden a controlar más todos los procesos de un proyecto.”

En una línea similar se expresa Covadonga González Quintana: “Basada en mi experiencia, si nos centramos sólo en diseñar espacios, mi respuesta sería no. Pero si analizamos todo el proceso desde la concepción de la idea creativa, el desarrollo del proyecto y la gestión de ejecución hasta su culminación, sí me he encontrado más porcentaje de mujeres capaces de estar en todas estas fases liderando y con capacidad creativa y de gestión, que hombres. Mi experiencia cuando he trabajado con hombres en diseño y ejecución de espacios, es que el que es muy talentoso para crear una idea, es menos para liderar la ejecución y viceversa. Sí que he encontrado más capacidad de visión 360º en mujeres.“ 

Esther Mengual, de la firma Wanna, a la pregunta ¿diseñan diferente las mujeres que los hombres? nos dice: “Nuestro estudio está fundado y liderado por mujeres y no consideramos que tengamos, hablando en clave de estereotipos, un estilo femenino, al menos no es nuestra intención.

Diseño Wanna. Fotógrafo. Javier de Paz García

Lo que queremos que nos diferencie, más que tener un estilo propio, es nuestra capacidad camaleónica para adaptamos en cada proyecto a la imagen de marca de cada cliente, a las necesidades de su negocio y los intereses de su público objetivo. Por esto, otros proyectos, como Lock & Be Free (local de consignas urbanas que fue nuestro primer proyecto), las oficinas de JUNG, recientemente inauguradas o 2060 The Newton Hostel, son, por así decirlo, “genderless”, no hay manera de saber si quien los ha diseñado es hombre o mujer, y nos gusta que así sea.”

Conclusión

En esta sociedad, tal vez hablar de que hay algo específico de la mujer que le diferencia del hombre, aunque sea porque le permite llegar a lugares que los hombres no pueden imaginar, no es políticamente correcto.

Citando, de nuevo, a la periodista Rebeca Argudo “probablemente sea por economizar lenguaje: es más rápido decir “toque femenino” y todos sabemos a lo que nos estamos refiriendo. A mí ni me ofende ni me representa. Estoy un poco cansada de que todo lo que se diga o se haga deba pasar por una especie de filtro de género que somete a juicio y escrutinio cada uno de nuestros pasos. Del trabajo de cada cual me interesa su calidad, no su sexo, ni sus creencias, ni su procedencia, ni su ideología, ni siquiera su edad. Todo lo identitario me sobra para relacionarme con la obra de alguien, sea cual sea su disciplina. «

La igualdad, parece, hay que forzarla, podando donde haga falta para que nadie pueda afirmar que la diferencia es buena. Sin embargo, en la práctica profesional, las mujeres que han participado en este artículo, sí perciben diferencias en la aproximación y la resolución de los problemas creativos si lo hace un hombre o si lo hace una mujer, ya sea desde la posición del diseñador como desde la del cliente. Sería bueno que todos reconociéramos que cuando alguien utiliza la expresión “toque femenino” refiriéndose a ese ingrediente necesario en un espacio (por presencia o por ausencia) está verbalizando limitaciones propias, falta de competencia, de conocimiento o imaginación. Aquellos que reclaman que algo necesita “un toque femenino” pueden ver que falta algo que ellos no pueden aportar, y utilizan esa expresión como si fuera algo accesorio o prescindible, cuando están reconociendo que su ausencia muestra el proyecto imperfecto, incompleto, falto de vida y de personalidad.

En realidad lo que expresan aquellos que reclaman ese toque. están diciendo “ojalá yo pudiera/supiera”, …porque todos aspiramos a la perfección.

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