El color del año, por Wanna
El anuncio del “color del año” es uno de los eventos más esperados por parte de los profesionales del diseño en cualquiera de sus disciplinas. Una tradición que puso en marcha Pantone Color Institute en el año 2000 (¿quizás para desviar la atención del llamado “efecto 2000” que tanto nos angustió a todos?) y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un hito, un referente cultural que despierta entusiasmo y estimula la imaginación de diseñadores, marcas y consumidores alrededor de todo el mundo. Y que, por supuesto, también genera debate. Porque si hablamos de opiniones, como ocurre con el color, no todo es blanco o negro. En los grises se esconde lo más interesante.
Como estudio especializado en crear historias de marca y en contarlas desde el branding al diseño de interiores experiencial, en WANNA tenemos el corazón un poquito dividido. Nos sumamos a la celebración de la fiesta del color del año. Nos encanta descubrirlo, comentarlo en equipo, reflexionar sobre el porqué de la elección. Porque sin duda el color del año no es una decisión random ni meramente estética.
El color del año pone color, y nunca mejor dicho, al contexto social, cultural, económico en el que vivimos. En 2024, por ejemplo, se escogió el Peach Fuzz o PANTONE 13-1023, por ser un color reconfortante que estimula los sentidos y que, en palabras de Leatrice Eiseman, directora ejecutiva de Pantone Color Institute, “expresa cercanía y conexión, despide empatía, nos arropa en un abrazo que casi podemos sentir y aúna con toda naturalidad lo juvenil con lo imperecedero”.
La selección del color del año es resultado de muchos meses de trabajo por parte de un equipo de “antropólogos del color”, que rastrea el mundo en busca de influencias cromáticas. Estas influencias provienen de todos los ámbitos: películas y series, colecciones de arte, moda, viajes, materiales, nuevas tecnologías… La elección implica análisis de tendencias de color a nivel macro, investigación, mucha reflexión en torno a la psicología del color y, por supuesto, debate.
De este debate sale la familia cromática que refleja el estado de ánimo mundial. Y, a partir de ahí, profundizan en la identificación del tono exacto. Posteriormente reflexionan sobre el nombre del color, con el objetivo de que este pueda transmitir de forma sencilla e intuitiva el mensaje adecuado.
A lo largo de los años, Pantone Color Institute también ha “transgredido” sus propias reglas, como por ejemplo en 2016, cuando escogieron un color que era una mezcla de dos tonalidades (PANTONE 13-1520 Rose Quartz y PANTONE 15-3919 Serenity); o en 2021 cuando no hubo uno, sino dos colores del año, PANTONE 17-5104 Ultimate Gray y PANTONE 13-0647 Illuminating, porque para plasmar el estado anímico global postpandemia se necesitaba resiliencia y esperanza… pero también mucha, mucha fortaleza.
Dicho esto, obviamente, para las marcas el color del año es una palanca de venta irresistible. Pero no por eso este debe quedar reducido a una estrategia de marketing. Detrás de su elección, como hemos visto, hay toda una ciencia.
¿Y por qué decíamos que tenemos el corazón dividido? Pues porque aunque nos sumamos a la celebración, en nuestro estudio no seleccionamos la gama cromática de nuestros proyectos, bien sean de branding o de interiores experienciales para hoteles, oficinas, espacios comerciales…, en base al color del año. Entre otras cosas porque, si hablamos concretamente de los proyectos de interiores, desde que se inicia el proceso de creación y diseño hasta que se ejecuta pasa tanto tiempo… que el color del año ya habría dejado de serlo. Bromas parte, en WANNA estamos siempre atentas a las tendencias macro de color y las tenemos presentes. Pero por nuestra metodología de trabajo, por la que siempre trabajamos de lo macro a lo micro, la elección del color está, generalmente, supeditada a la estrategia, narrativa y experiencia de marca y de usuario que queremos generar.
Como en todo, siempre hay excepciones. A veces es el propio espacio el que, por sus características, te “pide” unas tonalidades determinadas. O, claramente, rechaza otras. En esos casos es recomendable dejar hablar al espacio. Y tomar nota de lo que necesita. Un ejemplo de ello son las oficinas corporativas de Jung (marca alemana de mecanismos) en Madrid, que diseñamos en 2022.
2022 fue el año del PANTONE 17-3938 Very Peri (os acordaréis, seguro). ¿Habría tenido algún tipo de lógica aplicarlo en unas oficinas que carecían de ventanas y, por tanto, de luz natural y ventilación? Si hubiéramos querido generar un efecto zulo, tal vez sí. Pero lo que pretendíamos era convertirlas en un micromundo que transmitiera bienestar, comodidad y paz, que propiciara la concentración y el rendimiento de los empleados. Y en el que se percibiera una atmósfera limpia.
Para ello, a nivel cromático, optamos por una paleta alejadísima del color del año, en blancos cálidos y luminosos, para ampliar visualmente el espacio, recrear un ambiente calmado y sereno y generar un lienzo en blanco sobre el que resaltaran los mecanismos de la marca. Y fueron estos mecanismos, de un tono ocre rojo, los que nos permitieron generar acentos de color en el espacio y evocar la conexión con la tierra.
Por todo esto, desde nuestra perspectiva, la clave está en reconocer que el color no solo es un elemento visual y de tendencia, sino una extensión de la historia de la marca. Una herramienta poderosa que puede moldear emociones, influir en decisiones de compra y crear experiencias inolvidables. Por lo que, sobre todo en el diseño de interiores, sean públicos o privados, hay que tener siempre presente quién los va a habitar, cómo se van a relacionar con él y durante cuánto tiempo, para evaluar si aplicar (o no) el color del año es la mejor decisión.
Sobre el estudio Wanna
WANNA es un estudio especializado en crear historias de marca y en contarlas de manera transversal, desde el branding hasta el diseño de interiores.
Fundado en 2016 e impulsado por Cathy Figueiredo, Esther Mengual y María Lillo, el estudio destaca por sus proyectos integrales en retail y hospitality, así como en espacios efímeros, por los que han obtenido reconocimientos como los Hospitality Design Awards, los Platinum A’ Design Awards o los LAUS.
La creatividad, visión y trayectoria de WANNA les ha llevado a ser parte de jurados internacionales en citas tan importantes como los iF Design Awards y los Frame Awards, así como a trasladar su conocimiento en branding y diseño a través de conferencias, cursos y docencia en escuelas de prestigio.
WANNA cuenta con sedes en Madrid, Valencia y Dénia, aunque el equipo trabaja desde sus inicios de manera deslocalizada, siempre con amor, consciencia y ganas de romper las reglas. Lo que les ha permitido realizar proyectos por todo el territorio nacional, así como en México y Portugal.
Sobre María Lillo
Especialista en narrativa de marca, en la creación de conceptos creativos disruptivos y en branded content. En 2017 empezó a colaborar con WANNA como creativa independiente y actualmente es codirectora del estudio; labor que compagina con la dirección del Máster en Dirección Creativa para Retail del Instituto Europeo de Diseño. En su vida anterior, trabajó durante cinco años como redactora creativa en agencias de publicidad para marcas líderes de sectores como el entretenimiento, el turismo, la alimentación o la banca.