En 1950, Hans y Florence Knoll ofrecieron al escultor Harry Bertoia la oportunidad de aplicar libremente sus conceptos artísticos a la creación de una silla para incluirla en su colección, aún en su fase inicial. “Decidimos dejarlo trabajar con total libertad, para evitar obstruir la creatividad que ya lo diferenciaba en el panorama de los diseñadores en ese momento”, recordó Florence Knoll.

Bertoia, en constante búsqueda de la perfección, trabajó a mano, probando muchas variaciones, con el objetivo de dar forma al espacio mientras utilizaba una estructura ligera y aireada. Gracias a un procedimiento casi artístico, se crearon diferentes asientos, cada uno con su propia función específica: desde la silla auxiliar y el taburete para el comedor hasta los sillones Diamond y Large Diamond, hasta el modelo lounge, la Bird Chair, a través de la silla asimétrica.
Cada uno tenía su propia forma natural y escultórica. La Colección Bertoia (1952) todavía está disponible en una amplia gama de cubiertas, adecuadas para los innovadores muebles que Harry Bertoia inventó con tanta habilidad e inteligencia artística.
“En la escultura, me preocupo principalmente por el espacio, la forma y las características del metal. En las sillas, muchos problemas funcionales tienen que ser satisfechos primero… pero cuando llegas directamente a ello, las sillas también son estudios en el espacio, la forma y el metal”.
Sobre Harry Bertoia
El escultor, profesor universitario y diseñador de muebles italiano Harry Bertoia mostró un golpe de genio único con su silla Diamond patentada para Knoll International en 1952.
Bertoia fue un inventor de la forma y un enriquecedor del diseño de muebles con su introducción de un nuevo material: convirtió las varillas de alambre industriales en un icono del diseño.

Educado en la Escuela Secundaria Técnica de Detroit, la Escuela de Artes y Oficios de Detroit y la Academia de Arte de Cranbrook en Bloomfield Hills, Michigan,
Bertoia enseñó artesanías de metal en Cranbrook. Trabajó con Charles Eames para desarrollar sus sillas de madera contrachapada moldeada. Eero Saarinen le encargó diseñar una pantalla esculpida de metal para el Centro Técnico de General Motors en Detroit.
Sus premios incluyen la medalla de artesanía del Instituto Americano de Arquitectos, así como la Medalla de Oro de la AIA.